Pensaba de ti
despedirme,
Pero no vale ya la
pena;
Es mejor en
silencio irme,
Sacándote hasta de
mis venas.
¿Para qué acrecentar
tu ego?
Es mejor guardar
silencio;
Evitando
demostrarte apego,
Amarrándome el
corazón necio.
Hoy me voy de tu
lado,
No puedo más estar
aquí;
Mi tarea ya ha
terminado,
Ahora tengo que
partir.
Intente demostrarte
mi cariño,
Pero tú sólo te
reíste de mí;
Ahora emprendo mi
camino,
Nunca más tú sabrás
de mí.
Intente embarazarte
mi ideología,
Pero tú sólo le has
abortado;
Preferiste una vida
de orgía,
Que caminar por la
vida a mi lado.
En un futuro no muy
lejano,
Te encontrarás muy
arrepentida;
Tu arrepentimiento
será en vano,
No sabes que hoy
emprendo mi partida.
Amor, yo siempre te
fui sincero,
Mas a mis espaldas
sólo te reías;
Quise ser tu
valeroso escudero,
Para rescatarte de
las abadías.
Hoy sólo te dejo
allí postrada,
Me callaré y no te
diré nada;
Seguiré en busca de
mi amada,
Esa mujer tantas
veces soñada.
A Dios sólo puedo
pedirle,
Que fortalezca mi
decisión;
Para evitar correr
y decirle,
-“Te amo, tenme
compasión”-.
Pensaba de ti
despedirme,
Mas ya no vale la
pena;
Es mejor en
silencio irme,
Arrancándote hasta
de mis venas.