Tú me llamaste viejo y
arrugado;
Dijiste que nadie se
fijaría en mí,
Que sólo migajas me habías
dado;
Que nadie más se enamoraría
de mí.
Es verdad, tú tienes toda
la razón;
Soy de esas películas muy
viejas,
Tan carentes de toda una
cerrazón;
Soy el blanco y negro del
corazón.
Se ha acabado toda mi
triste historia;
Estoy tan arrugado de
esperar al amor,
Sólo fantaseé con que él
había llegado;
Al parecer sólo migajas me
habían dado.
Sólo soy una triste y amarga
película;
De ésas donde sólo se
describe al amor,
De aquéllas hechas en
blanco y negro;
Donde se presume de
encontrar al amor.
Sintiéndome todo un Negrete
o un Infante;
Interpretando en cada
segmento una canción,
Para endulzar los bellos
oídos de mi amante;
Pero su corazón jamás
escucho mi canción.
Sólo soy un maldito triste
viejo y arrugado;
Soñando con poder alcanzar
al bello amor,
Pero esta mente traidora estaba
alucinando;
La mujer de hoy no se
enamora con canción.
Me duele tanto que no basten
mis encantos;
Me duele tanto no
enamorarla con mis cantos,
Me duele tanto que no la
haya yo enamorado;
Me duele tanto ser un
anciano tan acabado.
Ya no encontraré a nadie
que me enamore;
Ya no encontraré a alguien
que yo le adore,
Se ha terminado mi tiempo
para el amor;
De este frío puerto el amor
ya se marchó.
Sólo soy una maldita triste
película vieja;
Esas que con el tiempo
perdieron su color,
Mis canciones y poemas ya
no conquistan;
Sólo migajas conseguiré
para mi corazón.
Autor: Emilio Nahín Rojas Madero -Aca. 03/Mayo/2014
Copyright 2015
Disponible en Amazon.com